viernes, 14 de noviembre de 2014

LA CASTAÑERA

Había una vez una castañera que se llamaba Tana. Era muy querida por los niños porque cuando llegaba el otoño les regalaba castañas asadas y además les contaba bellas historias que a los pequeños les encantaba. 
Un día Tana no pudo ir al Paseo donde asaba sus castañas porque otra castañera envidiosa se las había robado. Los niños al ver que no estaba, fueron a su casa y se la encontraron desconsolada. Entre todos, decidieron romper sus huchas para comprar  las 
castañas a Tana y de nuevo ella pudo volver a asar sus frutos.
La castañera envidiosa, al ver que todos los niños volvían al puesto de Tana, le contó a ésta que fue ella quién las robó. Tana,  que no era rencorosa, la perdonó y desde entonces las dos castañeras asan  castañas juntas en el Paseo y también les cuentan bellas historias a los niños que acuden allí.

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